¿Estás listo para conocer los mitos y leyendas peruanas más famosas de la sierra, costa y selva del Perú?
Perú se caracteriza por su comida, sus paisajes, sus climas, su gente y su cultura. Si combinamos estos dos últimos, conseguimos innumerables tradiciones. Algunas de ellas, a lo largo del tiempo, se han convertido en mitos y leyendas peruanas. Pasaron de boca en boca y se hicieron más tenebrosas con el transcurrir del tiempo.
No faltará algún escéptico que intente darle explicación lógica a las leyendas peruanas, pero lo cierto es que si hasta el día de hoy sobreviven estas historias, es porque la realidad siempre supera a la ficción.
1. El Muqui: El duende minero
En los más profundo de los andes, en donde el oro y el cobre se encuentran al caminar, aparece un personaje de no más de 50 centímetros. Que no te confunda su cuerpo brillante pues su aspecto te hace entender que no estás a salvo. Él es el amo y señor de la mina y por eso es muy celoso con el oro que se encuentra ahí dentro.
Decenas de trabajadores han reportado verlo y han asegurado que este les pide ofrendas para dejarlos trabajar tranquilos. Pero estas ofrendas no son comunes. No es una flor, una carta, un vaso con agua. Sino la vida de un niño no bautizado, quien con el pasar del tiempo se vuelve un “muqui” más.
Cuenta la leyenda peruana de la sierra que la primera vez que fue visto había luna llena un Pucayaco, Huánuco. Un minero se dirigía a su centro de trabajo. Su hijo Eustaquio de 9 años le solía llevar la comida todos los días al medio día, pero un día no llegó. Su padre preocupado dejó sus labores y fue a buscarlo.
Al llegar a una curva, vio a su hijo jugando con otro niño. Ambos tenían entre las manos lo que se hacía ver como piedras. Pero al ir acercándose se dio cuenta que estas no eran piedras, sino pepitas de oro y que el otro niño era un “muqui”.
El padre asustado y sin hacer ruido para no espantarlos, se retiró la correa, ató al duende y lo encerró en un baúl.
El “muqui” desesperado por obtener su libertad, le propuso un trueque al minero: “Llevar ese mismo baúl lleno de oro a cambio de su libertad”. Trato que el padre no dudo en aceptar.
Es así como nace una de leyendas peruanas más famosas y tenebrosas.
2. Los hijos del sol: Los hermanos Ayar
Hace muchos años, el Dios Wiracocha (dios de los incas) envió a sus hijos más poderosos a cumplir una misión: “darle nacimiento a un nuevo pueblo y hacerlo un gran imperio”. Es así que los hermanos Ayar Manco, Ayar Cachi, Ayar Uchu y Ayar Auca, junto a sus esposas, salieron de una cueva cerca al Cusco para cumplir este encargo.
Ayar Manco, el hermano mayor, era quién tenía más autoridad, por lo tanto el Dios Wiracocha le concedió un bastón de oro que al hundirse le indicaría que esa sería la tierra elegida. Por su parte, Ayar Cachi era el más dominante y problemático. Por ese motivo, los demás hermanos planearon deshacerse de él para no tener más inconvenientes.
Con engaños, lo regresaron a la cueva y lo encerraron con un derrumbe. Los demás hermanos y esposas continuaron con su recorrido. Días después llegaron a un monte en donde hallaron un ídolo de piedra. Ayar Uchu emocionado saltó sobre la espalda del ídolo, y este como castigó lo petrificó.
Lamentando la pérdida, tuvieron que continuar. Tras retomar el camino, a Ayar Auca le crecieron alas y voló hacía un valle. Cuando llegó a Aucamama, se posó sobre una roca y también se convirtió en piedra. El único hermano que quedaba tenía que continuar con la misión.
Ayar Manco guió a las demás mujeres hacia el Cusco. Es ahí donde encontraron buenas tierras. El bastón se hundió con facilidad y esto dio inicio a la fundación de la ciudad de Cusco. En nombre del Dios Wiracocha decidieron quedarse y colocar a esta ciudad como la capital del imperio incaico.
Gracias a este acontecimiento es como nace una de las leyendas prehispánicas e incaicas peruanas más famosas.
3. La casa matusita
Esta es sin duda es una de las leyendas peruanas más famosa e interesante del litoral peruano. Quien no la haya oído, se puede decir que no ha paseado por el centro de Lima (capital del Perú).
A pesar de que esta casa ha sido remodelada en varias oportunidades debido a su decadente estructura, los misterios que se esconden tras sus paredes de antaño siguen siendo aterradoras.
Remontémonos a su nombre: Matusita un nombre que con solo oírlo ya genera escalofríos. Allá por los años 50 del siglo XX existió en ese mismo lugar una ferretería llamada Matusita. Ya en el siglo XXI una empresa bancaria compró el lugar y tanto los empleados de esta empresa como los de la ferretería no dudaban en comentar que escuchaban ruidos y pasos en el segundo piso del edificio.
Pero ¿cómo comenzó esta leyenda peruana?
Esta tan famosa leyenda tiene diferentes orígenes desde la Santa Inquisición hasta una familia acomodada en Lima. Diversos programas peruanos han hecho documentales sobre este lugar y todos han llegado a una conclusión: la vibra que se siente en este lugar incluso desde afuera es muy fuerte.
Aquí te contaremos cuál es el inicio de esta leyenda peruana: una de las versiones cuenta que esta leyenda inició en 1754. La Santa Inquisición torturó a una mujer de descendencia negra llamada Parvaneh creyendo que esta era una hechicera porque curaba enfermedades extrañas.
Esta mujer al verse acorralada admitió ser seguidora del diablo por lo cual la condenaron a morir en la hoguera. Parvaneh resentida con la decisión, echó una eterna maldición a la casa en la que vivía, que es obviamente la Casa Matusita. Luego de ello y tras el fuerte rumor, la casa quedó deshabitada hasta mediados del siglo XIX.
Es ahí cuando una familia japonesa decide mudarse sin conocer esta leyenda. Hay dos versiones de cómo comienza la locura dentro de esta casa. La primera cuenta que el patriarca de la familia se volvió loco debido a las constantes apariciones de diversos fantasmas y espíritus. Esto conllevó a que maltrate constantemente a su mayordomo y sirvienta.
Ellos al ver que no tenían ningún poder sobre el amo y cansados de sus abusos, deciden asesinarlo. Al darse cuenta de que lo que habían cometido era un delito, deciden incendiar la casa, pero no lograron borrar sus evidencias por lo que fueron conducidos a un hospital con cuidados para la salud mental.
La versión más comercial
Otra versión comenta que el patriarca de la familia descubrió a su esposa siéndole infiel. Agobiado por los celos, decide descuartizarla y esconder sus extremidades en las esquinas de la casa. Su familia al llegar a su hogar y encontrarse con esta escena, recriminan al padre. Este último decide matarlos a todos. Al entrar en razón y ver lo que hizo, se suicida.
Esta última es la versión más comentada por el ciudadano de pie. Sea como sea que haya ocurrido, sin duda nos deja un sabor espantoso cada que pasamos por esa propiedad. De las leyendas peruanas más aterradoras.
4. El salto del fraile
En la costa del Perú, en donde el ceviche es el rey, en donde el viento y la marea hacen un compás sin igual. En donde el pescado fresco te seduce y te invita a quedarte, existe una de las leyendas peruanas de amor sin igual. Al estilo Romeo y Julieta o al estilo de Anna Karenina y el Conde Vronsky, conseguimos oír la historia de Clarita y Francisco.
Cuenta la leyenda corta peruana que Clarita era hija de un Márquez y perdió a su mamá a los 12 años. Quedó a cargo de una nodriza llamada Evarista quien tenía un hijo, Francisco, al cual el Márquez le había tomado un profundo cariño.
Al poco tiempo los dos jóvenes inician un romance prohibido y escondido entre Clarita y Francisco. Ella sale embarazada y lo comenta a su padre. Este al no aprobar la relación, decide enviar a Francisco a un convento para que se convierta en Fraile y a su hija la envía a un viaje lejos de la ciudad.
Llegó el día en que Clarita tiene que partir en un bote. Al llegar a las costas chorrillanas, se percata de un fraile quien estiraba las manos como despidiéndose. “Es mi amor” dice ella. Francisco al no soportar ver como el barco se alejaba más y más, decide lanzarse al mar desde las alturas del monte.
Clarita al observar este acto heroico de amor, se lanza también a por el encuentro con el padre de su bebé. Es ahí donde nace esta leyenda corta peruana que cada semana es interpretada por diversos pescadores vestidos de fraile.
Sin duda una de las leyendas peruanas de amor más conmovedoras.
5. Ichi, el enanito encantador
Esta es sin duda una de las leyendas peruanas para niños más tiernas de la región. Se trata de Ichi, un enanito que le gusta andar desnudo y tiene una cabellera rojiza envidiable. Su origen se evidencia en el Callejón de Huaylas, Ancash.
Se dice que la tierra se abrió y el apareció con una actitud alegre y amical.
Este pequeño personaje gustaba de saltar por los montes y oler el pasto, mirar hacia el sol y llenarse de energías, pero cuando llovía se ponía a llorar fuertemente y su llanto hacía creer que él era un “cerdito”. Pero como dice algún hit popular “cuando menos piensas sale el sol” y es ahí donde Ichi volvía a sonreír.
Durante las noches y como un niño recién bañado, gustaba de jugar con su pequeña barriga. La tocaba y la hacía sonar como un tambor. El ruido era tan fuerte que se podía escuchar hasta el último de los cerros.
Por las tardes le gustaba soplar su quena, un instrumento peruano de aire. Y siempre que veía a algún campesino recoger leña, no dudaba en ir y asustarlo. Los pobladores se habían acostumbrado tanto al sonido de tambor de su pequeña barriga, que algunos incluso esperaban esta melodía para irse a dormir.
Nadie de esta localidad ha logrado ver en forma completa al Ichi, pero asegurar que está presente en los manantiales, en las flores y en la cosecha del día a día. Sin duda una de las leyendas peruanas de la sierra más interesantes.
6. El toro encantado
Hay una ciudad en el Perú que vive en constante vigilia. Atemorizados porque en cualquier momento un toro encantado puede volver al acecho. Se trata de Huanta, Ayacucho. Cuenta esta leyenda urbana peruana que en este lugar habitaba un toro negro agresivo y corpulento que por las noches salía de las profundidades y ocasionaba disturbios e inundaciones.
Cansados de vivir en constante miedo, los habitantes de este pueblo decidieron armar un plan para encerrar y detener a este animal. Una anciana de aproximadamente unos 80 años, decide sacrificar su vida para obtener la calma de su tan adorado pueblo.
Luego de un ritual ofrecido por todos los pobladores, la anciana se lanzó con una enorme jaula encantada al fondo del lago. Ahí se encontraba el toro y, sacando fuerzas de donde no las tenía, logró ingresar al animal dentro de la jaula. Esto trajo la felicidad y calma de todos los habitantes de Huanta que sabían que el destructor ya estaba encerrado.
A los pocos meses, el toro logó salirse de su prisión y esto ocasionó que toda la localidad de Huanta se inunde. Ante esto, los pobladores ofuscados volvieron a amarrarlo y lo resguardaron para que no vuelva a escapar.
Desde ese momento el pueblo de Huanta vive en constante vigilia ante el temor de que el toro vuelva a salir e inundar la ciudad. Sin duda un ejemplo de una de las leyendas peruanas que marca el compromiso de un poblador con su ciudad.
7. La sirena de la Selva
La selva peruana se caracteriza por sus exóticos climas y ricos potajes. Iquitos exactamente es el origen de esta leyenda peruana poco conocida. En la laguna de Quistococha existía una mujer guapísima que en las noches donde había luna llena, salía de sus aguas.
Al pie de la orilla y con una risa sutil pero coqueta, peinaba su larga cabellera. “Flor de Yavarí” era su nombre. Ella fue desterrada de la laguna por su padre “Yacurana” que nunca le perdonó el haberse enamorado de un ser mortal de la tierra.
Según lo que cuentan varios pobladores del lugar, “Flor de Yavarí” sale todas las noches en busca de un hombre incauto para atraerlo con su hermoso canto y su espectacular figura. Aquel que se deje seducir por su voz y sus cantos, caerá al piso ante ella y desaparecerá para siempre dentro de la laguna.
¿Te atreves a buscarla y a oírla? El Perú te espera para envolverte en sus mágicas historias y leyendas peruanas de amor de la selva.
8. El condenado
Huancavelica es una tierra de innumerables tradiciones. Cuenta la leyenda peruana de la sierra que un arriero se dirigía de Ayacucho a Huancavelica llevando cuatro cargas de plata en mulos. Su patrón le ordenó quedarse en un lugar denominado “Molino” que le pertenecía a David.
Este en horas de la madrugada, mientras el arriero cargaba el cuarto mulo, David se aprovechó y robo la carga de uno de los otros mulos.
El pobre arriero desesperado y angustiado porque iba a tener que trabajar toda su vida para compensar la pérdida, lloraba de rodillas a los causantes del hecho, lágrimas que llegaron hasta el cielo.
David nunca le devolvió el dinero. Al poco tiempo murió el dueño del “Molino”. Sin embargo, nunca se fue del mundo terrenal. Se condenó es decir, a pesar de haber muerto, su cuerpo y alma siempre estará merodeando la tierra sin poder subir al cielo o descender a los infiernos.
Se refugia entre los montes tomando la figura de una animal con una cabeza humana. De vez en cuando se oye una voz que grita: “David, devuélveme la plata”. Algunos pobladores de la zona, aprovechan esta leyenda para llevarse cosecha gratis culpando al “Condenado”.
9. El Hombre Pájaro
Los incas eran seres espirituales que adoraban al Dios Sol. Todo lo relacionado a la naturaleza era relevante para ellos. Esta leyenda peruana de la sierra era muy contada en diversas fiestas costumbristas. Se trata de Ayar Manco y su hermano Ayar Cachi.
Ayar Manco sentía gran miedo por el inmenso poder de su hermano Ayar Cachi. Un día tras algunas conversaciones y con diversos engaños, Ayar Mancó logró encerrar a su hermano en una inmensa y tétrica cueva.
Aunque todo estaba cerrado y diseñado para que nadie saliera de ese lugar, Ayar Cachi logró escapar gracias a unas extensas alas negras que le aparecieron en vez de brazos.
Al salir de la cueva, sobrevoló el territorio que Ayar Manco había dominado, se paró sobre un cúmulo de tierra y les dijo:
“Hermanos míos, ya los he perdonado, Nuestro padre, el Dios Sol, me ha enviado para que les muestre dónde deben fundar el Imperio. Será hacía allá, detrás de lo alto del cerro”.
Es así como, cuentan algunos pobladores, nace el Imperio Incaico. Sin duda una de las leyendas peruanas incaicas más famosas de la región.
10. La llorona
Esta historia es de la preferidas para contar en las noches de terror. Muy a parte de tener un aspecto escalofriante y aterrador, la historia que origina su leyenda es inaudita.
Mucha gente dice haberla visto, o lo que es peor: haberla oído. Sus lugares favoritos para deambular son los espacios abiertos como chacras, caseríos o pantanos. Ella conoce muy bien estas zonas y se pasea por ahí logrando ocultarse de algunos campesinos que desean atraparla.
Esta leyenda urbana peruana es muy popular. Cuentan que se dio producto de una infidelidad. Un día una mujer de aproximadamente 30 años encontró a su esposo en un acto que la deshonraba. Producto de los celos y cegada por el odio, asesinó a sus pequeños hijos.
A las horas de haber cometido semejante delito y arrepentida por su accionar, decide quitarse la vida. Sin embargo, esto la condenó a vagar sin descanso por la tierra.
Ella está buscando sus hijos porque también cree que no ascendieron al cielo. Por eso, por las noches se le escucha entre lágrimas decir: “mis hijos, ¿Dónde están mis hijos?
En el 2018 por una zona industrial de Lima se registró un hecho peculiar. Un bodeguero escuchó y vio a una mujer llorando. Sus larga cabellera tapaba su rostro. El hombre decidió acercarse para conocer qué ocurría. Al darse cuenta que era “La llorona” decidió salir corriendo. A los pocos días 3 vecinos fallecieron por causas extrañas.
¿Quieres conocerla? Solo tienes que ir a un lugar alejado y hacer silencio. Estamos seguros que ella aparecerá porque ya sabes: “Una madre nunca se cansa de buscar a sus hijos”.
11. El ahogado
“El mar se respeta” se escucha en cualquier balneario del mundo. La costa peruana trae consigo dos corrientes que permiten la variedad de peces. Eso trae consigo una actividad indispensable en la vida de algunos pobladores.
Hace un tiempo atrás surgió una leyenda corta peruana: “El ahogado”. Esta leyenda cuenta sobre la vida de una familia pescadora en Chimbote. Un día un hombre salió de pesca con sus 2 hijos menores. Se aproximaron a una cueva llamada “de las brujas”. Impresionados por su extensión se olvidaron de la hora y al darse cuenta, ya era de noche.
Empezaron a remar para salir pero ya era muy tarde. De pronto una sombra grande y oscuro se llevó a uno de ellos. Los gritos eran tremendos, pero nadie los pudo oír. Desde ese momento, ningún poblador se atreve a navegar por ahí de noche. Y cuando lo hacen en compañía se oyen unas voces: ¡Auxilio! Me ahogo.
Es una de la leyendas peruanas de la costa más contadas en el litoral peruano. Algunos pobladores hasta el día de hoy se siguen encerrando en sus casas para no oír estos gritos. ¿Volverá este ser a pisar tierra firme algún día?
12. El Chullachaqui
Un nombre difícil de pronunciar, pero te aseguramos que cuando conozca la leyenda nunca lo olvidarás. Seres mitológicos hay en todo el mundo, pero como este es otro nivel. Un demonio que adapta la figura de quien él desee. Se encuentra en la selva del Perú, exactamente en Iquitos.
Según la leyenda peruana de la selva, este demonio desea llevarse tu alma. Pero para hacerlo se convertirá en lo que tú más amas: un familiar o un amigo.
Te encuentra y luego de ello te lleva a la profundo de la selva haciéndote creer que necesita un favor.
Para darte cuenta de su engaño, solo debes mirar sus pies. Estos están desformados por lo que tratará de esconderlos todo el camino.
Debido a que esta leyenda peruana se hizo muy popular, el Chullachaqui ha decido optar por tomar forma de niño y así engañar a los más pequeños. ¿Te atreverías a seguirlo?
13. El tunche
¿Qué peruano o peruana no ha oído hablar de El Tunche? Son incalculables las veces que se le ha mencionado en una conversación de terror. Se han hecho decenas de documentales y hasta historietas para niños. ¿Quieres conocer el origen? Sigue leyendo.
Esta leyenda peruana de la selva tiene su origen en la profundidad de los bosques. Ahí habita un demonio que está dispuesto a quitarte la vida. Esta alma en pena deambula libremente por las noches y se lleva la vida de todo aquel que se cruce en su camino.
Se dice que el Tuche fue un hombre atormentado por su contexto. Según cuentan diversos pobladores, el Tunche se acerca lentamente a sus victimas sin emitir algún sonido y cuando está cerca, silva anunciando la muerte. Así corras, pelees o intentes escapar, la muerte es inminente.
Sobre el destino de las victimas es incierto, lo que sí se sabe es que este demonio se alimenta cada vez más de las vidas adquiridas.
14. La Cuda
Muchos de las leyendas peruanas populares que se han mencionado son propias de un solo punto. Pero La Cuda es un ser que se ha desplazado por casi todo el territorio peruano. Ha sido visto en Cajamarca, Huancavelica, Ayacucho y hasta en la selva.
Suele aparecerse en las carreteras. Se presenta como una dulce mujer en busca de ayuda. Según lo que ella comenta, necesita llegar a su destino. No presenta deformación ni ninguna arma lo que hace pensar que ella es la indefensa.
Cuando el desafortunado o desafortunada decide hacerle el favor, la pesadilla comienza. Pues la Cuda se levanta la falta y muestra unas aterradoras patas de gallina y obliga a la persona a mirarla a los ojos.
En seguida ella comienza a reir pues sabe que esta será su próxima víctima. “Cudú, cudú, cudú” se oye de forma paralizante. Y luego simplemente se desvanece ante la mirada perdida del incauto quien solo vivirá unos días más.
Esta leyenda peruana corta es muy popular entre los conductores de buses. Por ello, tratan de nunca detenerse ante alguna mujer que necesite ayuda.
15. Las Brujas de Cachiche
Si nos vamos al sur del Perú, encontramos buena comida acompañada de mitos y leyendas peruanas cortas.
Se dice que en el pueblo de Cachiche, Ica, habitaban varias brujas. Ellas eran expertas en sanar enfermos y creaban inigualables hechizos de amor. Sus brebajes eran poderosos y hacían caer hasta el más escéptico.
Ellas armaban aquelarres alrededor de una palmera que tenía siete cabezas. Antes de que una de ellas muriera, hechizó la séptima cabeza de esa palmera. Si esta llegaba a crecer mucho, los desastres invadirían la ciudad.
Es por ello que año tras año, cientos de pobladores se organizan para talar la cabeza de este árbol. En el año 2007 olvidaron de talarla y ocurrió un gran terremoto que enlutó la ciudad. ¿Será ese el motivo?
16. Jarjacha: demonio ayacuchano
En lo más profundo de los andes peruanos, a donde solo se llega con el corazón en forma de brújula y solo el instinto te permite avanzar, donde la vegetación nace como magia y los ríos se entrelazan como trenzas, se esconde una criatura un poco inusual. “Jarjacha” le llaman.
Un monstruo de 3 cabezas con cuerpo de alpaca y cabeza humana. Producto de un incesto que le hizo detestar su vida y prometerse acabar con la vida de quién se cruce en su camino. “¡Tengan cuidado y caminen con un espejo!” Se oye a lo lejos.
A lo único que le tiene miedo este demonio es a verse a sí mismo. Y si te lo cruzas es mejor no mirarlo a los ojos, pero que él si vea su abominable figura.
17. La Huega
Ica vuelve a ser nuestra protagonista en esta historia. En esta localidad existía una mujer hermosa de enorme cabellera color dorado. Ella disfrutaba mucho mirándose al espejo y paseando en medio de las famosas dunas iqueñas y palmeras.
Un día, un hombre a quien le encantaba viajar se perdió en esta ruta. Trató de escoger un buen lugar para descansar y armar un plan de regreso por lo que caminó hasta unas palmeras. Fue deslizándose por algunas dudas y adentrándose más y más para poder tomar el descanso.
A lo lejos notó a una mujer que estaba sola. Dicha mujer se peinaba el cabello y no paraba de mirarse en el espejo. El caminante decidió acercarse para consultarle por qué estaba sola y si la podía ayudar. Al estar muy cerca a ella, hizo un pequeño ruido que alteró los nervios de la mujer.
La mujer volteó a ver qué era lo que sucedía. Se asustó al mirar al hombre que cada vez se acercaba más. Ella nunca antes había visto a alguna persona. De inmediato procedió a soltar el espejo en el desierto y correr muy lejos de él.
Se dice que el espejo al tocar la arena del desierto, se convirtió en la famosa laguna “La Huega”. Esta laguna es una de las más hermosas de la ciudad de Ica.
La combinación de tradiciones, gente y cultura da como fruto diversas historias que, con el pasar del tiempo, se convierten en leyendas y mitos que sobreviven por generaciones. Esperamos que estas historias te hayan hecho temblar de miedo como también conocer un poco más sobre los lugares hermosos de Perú.
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